Los ingresos por cobro de IVA registró en el mes de julio-2020 una disminución de 19.5%, siendo la caída más grande desde 2009, según datos la SHCP.
Esto ha generado por “sistema” el envío de notificaciones indiscriminadas a los buzones tributarios de los contribuyentes por supuestos incumplimiento de obligaciones fiscales derivado del obvio bajo registro de pagos provisionales de ISR e IVA.
Todo esto aunado a la evidente pérdida de empleo y poca actividad económica como consecuencia de la pandemia por COVID-19.
Esto genera un menor ingreso que impide la reactivación de la actividad económica a la que estábamos acostumbrados.
Entonces, la poca recaudación se debe a una caída del mercado interno y al bajo consumo de las familias.
Ojala exista de manera REAL la implementación de verdaderas políticas fiscales en donde se observe una verdadera empatía con el sector empresarial, otorgándoles decretos que otorguen FACILIDADES, SIMPLIFICACIÓN Y REDUCCIÓN en el pago de los impuestos a los que estamos obligados, con la finalidad de que no sea materialmente imposible cumplir con todas las obligaciones fiscales, ya que hasta ahora se percibe por parte de los contribuyentes un sentimiento de “dejarnos morir” solos, a diferencia de políticas fiscales que han implementados otros países similares al nuestro.